21,22 y 23 de Marzo de 2012.
Horario: De 09:00 a 20:00
DESCRIPCIÓN
Reconexión es una instalación artística cuyo desarrollo se basa en la construcción de una estructura cuadrangular acabada en cúpula, a la que se accede a través de un pasillo. Una de sus características más notorias es la oscuridad en la que el espectador se ve rodeado nada más acceder a ella, y que, poco a poco, ofrece paso a una atmósfera ligeramente iluminada. Las dimensiones abordables son más bien escasas, evitando llegar a un lugar claustrofóbico pero tampoco sobrepasando los límites de la distancia corporal.
Una vez en su interior, el espectador puede pasar el tiempo que el mismo requiera en él. Puede moverse o estacionarse, sentarse y relajarse o permanecer erguido, mientras a su alrededor, escucha el leve sonido de una voz tarareando melodías al azar. Está concebida para que su acceso sea individual, si bien, esa decisión podrá ser sopesada, sin ser recomendable más de 2 visitantes a la vez.
DESARROLLO CONCEPTUAL
Frecuentemente, el ritmo frenético del día a día se convierte en el método de actuación que marca nuestras metas. Poseemos intereses que a menudo pasan a convertirse en responsabilidades, obligaciones o deberes. Y en ocasiones el ser humano se mueve guiado por unas pautas que aceptamos sin darnos cuenta.
Con esta instalación intento crear un espacio neutro, sin ruido, sin información, una desconexión sensitiva de lo que nos rodea y que a la par active nuestra capacidad para captar lo sutil, lo olvidado. En este caso, se encuentra localizada en una de las aulas universitarias de nuestra facultad, representando de esta forma el espacio dentro del espacio. Se trata de desvincularse del ahora y reconectarse con el ayer, volver a un interior propio y personal en el que nada, excepto nuestro propio espacio, posee el valor que le atribuimos ahí fuera. Tan solo siéntate y siéntete…
La percepción de lo esencial, de la luz que creemos que no está y sin embargo poco a poco reaparece, del ambiente que nos rodea y en contadas ocasiones nos paramos a observar, los sonidos y la musicalidad que nos sigue, y nuestro propio yo, que permanece almacenado junto a las inquietudes y deseos que en un tiempo ocupaban nuestra razón. Un instante para escuchar nuestra respiración, y simplemente no pensar, simplemente, captar.
La idea de que el emplazamiento esté situado en la facultad, permanece hilada a la idea de que cada uno de nosotros lo estamos de la misma manera a ella. Por lo que surge un espacio de reconexión dentro del lugar del que se pretende la desconexión. Un paréntesis, es decir, desconectar de lo que te rodea en el mismo sitio en el que ello te afecta. Lo que implica, que esta instalación puede ser trasladada a otras localizaciones comunicando en esencia el mismo desarrollo conceptual.
Grandes autores como Ilya Kabakov y James Turrell trabajaron con anterioridad sobre el concepto del espacio y su memoria y la importancia de la percepción sensitiva. Como una referencia potente a la musicalidad de la instalación, está Susan Philipsz, que en parte define su obra como las emociones que los sonidos pueden producir, así mismo, utilizo la sutil melodía de un tarareo, con la intención de establecer un vínculo emocional entre el espectador y mi propia persona, llevándole así al intimismo del artista/obra.
Para el verdadero desarrollo de esta instalación es muy importante la participación del espectador, ya que sin él carece de sentido. Se trata de una obra no comerciable, ya que cualquiera puede construirse o encontrar su propio espacio.
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